Porque nada nos convencía.

CULT nació de una constatación simple: ninguna solución capilar cumplía con todo. Demasiado visibles, poco fiables o incómodas de llevar.

Cuando ninguna solución es suficiente, la creamos.

Alex, nuestro fundador, estaba cansado de las fibras que manchaban y de los parches temporales. Quería un producto discreto, que realmente se fijara y sin engaños.

CULT nació de esa necesidad simple: recuperar la confianza, sin compromisos.